De esto va la reciente creación, por decreto presidencial, del Centro Nacional Antiterrorista que nace bajo la órbita de la cartera que preside Patricia Bullrich y “vuelve a meter a las Fuerzas Armadas, por la ventana, en cuestiones internas”, según lo advirtió el vicepresidente de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, Gerardo Etcheverry.
“Viven inventando conspiraciones y a cualquier cosa la llaman terrorismo”, dijo el vicepresidente de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, Gerardo Etcheverry, al referirse a la creación por decreto del Centro Nacional Antiterrorista (CNA), que va a estar bajo el control formal de la Secretaría de Inteligencia de Estado (Side) y advirtió que mediante tal iniciativa “otra vez, a través del Ministerio de Defensa, se está metiendo a las Fuerzas Armadas por la ventana en cuestiones internas”.
Se trata del decreto 717/2025 firmado por Javier Milei que oficializó algo que Patricia Bullrich y el titular de la Side, Sergio Neiffert, habían anunciado el martes pasado en una conferencia de prensa en la que no se suministraron muchas precisiones acerca de cómo se prevé que funcione el CNA, aunque lo que sí se especificó esa vez es que va a hacerlo dentro de oficinas de la Side y sin que eso implique la asignación de nuevos recursos.
De acuerdo al anuncio que en plan campaña hizo Patricia Bullrich, la faz operativa dependerá del Ministerio de Seguridad Nacional. La creación de este nuevo organismo se inscribe en la profundización del alineamiento incondicional de la Presidencia Milei con EE.UU. y el Estado de Israel, además de cumplir con los requerimientos que hace el Grupo de Acción Financiera Internacional (Gafi).
De acuerdo al decreto, el CNA tiene como finalidad la “recepción, integración y análisis de la información disponible para la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento, el diseño de estrategias específicas contra estas amenazas y el establecimiento de criterios de actuación y coordinación”.
Un aspecto nada menor de todo esto es que dentro del CNA van a tener representación el Ministerio de Defensa, la Cancillería, las fuerzas de seguridad federales, la Unidad de Información Financiera (UIF), que es la dependencia que puede congelar activos de quienes integran el Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a actos de terrorismo y su financiamiento, así como la Agencia de Recaudación y Control Aduanero y la Dirección Nacional de Migraciones.
Otro dato que no debe soslayarse es inherente al alcance territorial que se estipula que tenga el CNA, ya que se prevé que posea un esquema de enlaces con provincias y municipios, pero también con organismos públicos y privados, lo que podría incluir a empresas.
Con este telón de fondo, no deja de resultar preocupante la imprecisión del texto a la hora de determinar a quién se le puede adjudicar ser un terrorista y, mucho menos, la puerta que se abre a la incorporación de los militares en tareas de seguridad interior merced a la inclusión del Ministerio de Defensa dentro del esquema de la CNA.
Todo esto en medio de un panorama en el que se encienden constantemente luces de alarma, como la que días atrás se registró en ocasión de la visita que la vicepresidenta, Victoria Villarruel, hizo a Formosa donde junto al gobernador Gildo Insfrán, participó del acto del “Día del Héroe Formoseño”, organizado por la Provincia para rendir homenaje a los uniformados que “resistieron un ataque de Montoneros” en 1975, en el Regimiento de Infantería de Monte 29, predio donde se realizó la ceremonia. En la ocasión, Villarruel compartió el palco principal con Insfrán, el vicegobernador Eber Solís, y el senador nacional José Mayans, presidente del bloque de Unión por la Patria en la Cámara Alta, además del jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Carlos Alberto Presti.
Así las cosas, el acto de Formosa y la presentación en sociedad del Centro Nacional Antiterrorista contactan peligrosamente con un escenario en el que el gobierno de Javier Milei avanza aceleradamente con la entrega de nuestra soberanía al gobierno de los Estados Unidos. “Hay que decir también que todo esto representa seguir profundizando las permanentes acciones que conducen hacia la vuelta de la Doctrina de Seguridad Nacional, como lo indica el nombre que Patricia Bullrich eligió darle al ministerio que preside”, puntualizó Etcheverry.
El vicepresidente de la La Liga añadió que esta vuelta de rosca representa “otro paso más hacia ese ideal que considera terrorista a todo aquel que no piense como ellos”. En definitiva, denunció Gerardo Etcheverry, se trata de “la Doctrina de las Fronteras Ideológicas, que señala como contrario al ser nacional a todo lo que no sea favorable a los intereses de Estados Unidos”.