El jueves 11, Plaza de Mayo va a volver a pintarse de resistencia para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos. “La idea es reforzar el proceso de construcción de Memoria, Verdad y Justicia y reafirmar el compromiso que hemos hecho durante las últimas cuatro décadas”, puntualizó Malena Silveira desde la Liga.
El acto de los Pañuelos Negros, convocado el sábado en Plaza de Mayo para pedir que se deje en libertad a quienes están condenados por ser culpables de cometer delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, cerró una semana en la que el gobierno nacional ratificó su postura contraria a la defensa de los Derechos Humanos. Nos referimos a su voto en la Asamblea General de la ONU, junto a EE.UU. e Israel, en contra de una resolución que condena la tortura “en todo momento y lugar”. Y al nombramiento del coronel Carlos Presti al frente de la cartera de Defensa, el primer militar en ocupar un ministerio desde la recuperación de la institucionalidad democrática, quien jamás condenó el genocidio ejecutado por la última dictadura, el que tuvo entre sus perpetradores nada menos que a su padre, Roque, Jefe del Regimiento de Infantería 7 de La Plata y responsable del operativo de “La Noche de los Lápices” en septiembre de 1976 y de aquel en el que en noviembre de ese mismo año, también en la capital bonaerense, fue asesinada Diana Teruggi junto a otros militantes y donde los represores se robaron a Clara Mariani (nieta de Chicha Chorobik, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo), quien al día de hoy permanece desaparecida y sigue siendo buscada; entre otros tantos crímenes. Roque Presti fue condenado y luego “perdonado” por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, lo que le permitió morir impune.
Para peor, el hijo de este genocida y nuevo titular de Defensa acaba de ascender como su segundo al mando a Guillermo Madero, un funcionario prodictadura que viene de obturar desde la subsecretaría de Defensa Civil y Protección Humanitaria del Ministerio de Defensa la búsqueda de los bebés apropiados por el terrorismo de Estado y de visitar represores en Campo de Mayo para solidarizarse con su “causa”.
En este marco de retrocesos de políticas que han significado una de las mayores conquistas en las cuatro décadas de una democracia cada vez más restringida, además hay que sumar lo expuesto por el subsecretario de DDHH, Alberto Baños, encargado de fijar hace unas semanas la postura de la Presidencia Milei ante el Comité Contra la Tortura de Naciones Unidas.
Para la ocasión, Baños fustigó a los organismos de Derechos Humanos y después de reivindicar la tesis de la “memoria completa”, relativizó la magnitud que tuvo el genocidio que se cometió en el contexto del Terrorismo de Estado, diciendo que los detenidos no habían sido 30 mil y reivindicando las políticas represivas de Patricia Bullrich, mundialmente reconocida por reprimir jubilados.
En efecto, el Comité contra la Tortura en su informe final expresó su preocupación por las violaciones a los Derechos Humanos del gobierno de Javier Milei. En tal sentido reprochó “el uso excesivo de la fuerza” y “los abusos policiales” que se reiteran durante la represión de manifestaciones, así como el alarmante aumento de las denuncias de tortura y malos tratos a los que se somete a personas que son detenidas y la reticencia estatal a investigar este tipo de casos, lo que favorece condiciones para que reine la impunidad.
Asimismo, el informe del Comité contra la Tortura de la ONU advirtió acerca del agravamiento de las condiciones de reclusión que presenta el Servicio Penitenciario, que depende de la cartera de Seguridad Nacional, señalando casos de personas que fallecieron en contextos sospechosos cuando se encontraban bajo custodia. En sus críticas también apuntó contra el incumplimiento del gobierno argentino a tratados internacionales sobre asilo político y marcó el incremento de casos de trata de personas en nuestro país en los últimos dos años.
Apoyados por estos antecedentes inmediatos fue que el sábado un grupo de reivindicadores de la última dictadura cívico-militar llevó a cabo un acto convocado en Plaza de Mayo. Entre sus asistentes estuvieron el nazi marplatense Carlos Pampillón y Asunción Benedit, militante del espacio referenciado en el excarapintada y exfuncionario macrista Juan José Gómez Centurión y hermana del diputado nacional mileísta Beltrán Benedit, uno de los impulsores de las visitas que legisladores de la Libertad Avanza realizaron a condenados alojados en prisiones federales por secuestrar, torturar, desaparecer personas y robar niños. En el acto también se hicieron notar militares del Regimiento de Infantería de Monte 28 de Salta, que durante la dictadura actuó como grupo de tareas de la represión ilegal en esa provincia y participó en Tucumán del “Operativo Independencia”, tubo de ensayo del terrorismo de Estado de la dictadura durante el gobierno de Estela Martínez de Perón.
Creyéndose legitimados por el clima de época toda esta fauna autodenominada con el nombre provocativo de “Pañuelos Negros” exigió el indulto para los genocidas, a los que se refirieron frente a la Pirámide de Mayo como “héroes que nos salvaron del comunismo”.
Convocatoria a la Resistencia
Este acto fascista acabó de manera precipitada cuando sus participantes, que dieron sus discursos a las apauradas con un megáfono y entre gritos de “asesinos”, “fachos” y “devuelvan a los nietos”, tuvieron que dejar lugar a la movilización convocada en solidaridad con el pueblo palestino, que se estaba dirigiendo desde Congreso hacia Plaza de Mayo, lugar donde también va a realizarse una nueva Marcha de la Resistencia para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos y repudiar el negacionismo y la reivindicación de la última dictadura, que hoy se alienta desde el propio gobierno nacional.
Esta vez la cita será el jueves 11 de diciembre, en coincidencia con la ronda semanal de las Madres de Plaza de Mayo. Tras lo cual se prevé un encuentro artístico pero también de alto contenido político, en el que se van a dirigir a los presentes Estela de Carlotto, Taty Almeida y Adolfo Pérez Esquivel y para el que están convocando organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales, políticas, sindicales, culturales y estudiantiles.
Entre sus organizadores está la Liga Argentina por los Derechos Humanos (Ladh). Malena Silveira, representante de la Liga en la Mesa de Organismos de Derechos Humanos, reflexionó que se invita a esta “Plaza de la Resistencia emulando las Marchas de la Resistencia que históricamente se hacen los días 10 de diciembre y que este año tiene lugar en un contexto muy particular”.
Al respecto, señaló que “esto es así porque cada año alrededor de esta fecha se hace un balance sobre el estado de los Derechos Humanos en cada uno de los países y, en Argentina, el momento que atravesamos es muy complicado porque nuestro pueblo está avasallado en sus derechos básicos y padeciendo un retroceso muy importante en materia de DDHH”.
Además, subrayó que “vamos a volver a la Plaza muy cerca de la convocatoria que hicieron los defensores de los genocidas que quieren garantizar la impunidad”, por eso es que “la idea este 11 de diciembre es reforzar el proceso de construcción de Memoria, Verdad y Justicia y reafirmar el compromiso con los Derechos Humanos que hemos hecho durante las últimas cuatro décadas”.
Por eso es que la convocatoria a la Plaza es también para propiciar la reflexión y el debate. “Para nosotros es fundamental plantear el rechazo a la reforma laboral que se viene”, sostuvo la dirigente de la Ladh y puntualizó que “aunque no se dio a conocer el texto, sabemos cuál es el sentido que lleva todo lo que hace Javier Milei y, en ese sentido, nos reunimos con las dos CTA que van a estar en la Plaza junto con la Utep y hemos invitado también a la CGT”.
Por otra parte, Silveira indicó que “otro de los temas que es central abordar es el que se vincula al Poder Judicial, tanto en lo que tiene que ver con la violencia institucional y la persecución política, como con el lawfare y los presos políticos”. E insistió con que durante la jornada del 11 “la idea es que haya espacios donde se pueda debatir y para eso van a estar distintos actores vinculados a estos temas como Fabián, el padre de Pablo Grillo”, así como “otros compañeros con quienes pensar en la situación de los jubilados, el sistema de Salud, la situación derivada del incumplimiento de la Ley de Emergencia en Discapacidad y las que atraviesa el complejo científico y la Universidad”.
En este marco, resaltó que “como siempre, nuestra idea es que la Marcha de la Resistencia y el Movimiento de los Derechos Humanos, pueda nuclear y servir de ámbito de articulación de los distintos sectores que se encuentran en lucha”, algo que cobra aún más relevancia en momentos en que con la Presidencia Milei aparece roto desde lo institucional el contrato establecido por nuestro país que sostenía criterios elementales de defensa y respeto de los Derechos Humanos.
“Estamos ante una avanzada en relación a las políticas de Derechos Humanos, tanto en términos generales como en lo vinculado al concepto de Memoria, Verdad y Justicia en relación al genocidio”, lamentó y recordó que luego de “un primer ataque hacia lo construido, que se expresó en el despido masivo del personal de la que era la Secretaría de Derechos Humanos y el desmantelamiento de políticas públicas de MVyJ, ahora van por una segunda etapa que es más abierta en términos de disputa política y del sentido común con la negación de la existencia de la tortura en nuestro país, el aval a las políticas represivas de Bullrich y cuestionando en la ONU el número de los 30 mil”.
Acerca del negacionismo promovido por el gobierno, Malena Silveira alertó que “si bien esto tomó superficie como política estatal durante el macrismo, es la primera vez que se pronuncia como voz pública del Estado en ámbitos internacionales, lo que es realmente mucho más preocupante”.