El Tribunal Supremo Federal condenó ayer al expresidente brasileño a 27 años de prisión a raíz del intento de golpe de Estado que encabezó en enero de 2023. También recibieron penas similares ex funcionarios de su gestión y jefes militares. “Es un gran día”, festejó el Partido Comunista do Brasil.
“Por tres votos contra uno el Tribunal Supremo Federal formó mayoría y Bolsonaro y sus compinches serán convictos por los delitos del 8 de enero de 2023”, celebró el PCdoB y agregó: “Es un gran día”. Es que ayer el expresidente brasileño, y uno de los máximos referentes de la ultraderecha en la región, fue condenado a veintisiete años y tres meses de prisión y, junto a él, también recibieron sentencia ex ministros, ex jefes militares y asesores a los que el máximo tribunal encontró penalmente responsables de haber planeado y ejecutado acciones con las que se pretendió impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva. Poco antes del intento de golpe, Jair Bolsonaro había sido derrotado en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2022 por el líder del PT, resultado que nunca aceptó.
Ahora este exponente brasileño del neofascismo debe esperar que la Primera Sala del Supremo Tribunal Federal establezca en qué prisión debe cumplir su condena o si, tal como pretende su defensa, la cumpla con un régimen domiciliario “debido a su estado de salud”.
En el juicio quedó probado que Bolsonaro lideró una organización criminal armada para intentar mantenerse en el gobierno y que para eso buscó sumar voluntades entre la policía y los militares. Los jueces Cristiano Zanin, Alexandre de Moraes, Cármen Lúcia y Flávio Dino dictaminaron la condena, en tanto que Luiz Fux votó en contra argumentando que “hubo una conspiración, pero no pruebas definitivas de que Bolsonaro formaba parte de ella”, cuando a todas luces se mostró al frente de esa conspiración.
El Tribunal condenó también al exjefe del Estado Mayor, Walter Souza Braga Netto, a veintiséis años de prisión, mientras que al exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia, Alexandre Ramagem, a Almir Garnier, quien fue comandante de la Armada, Anderson Torres, que fuera ministro de Justicia, y al exsecretario de Seguridad del Distrito Federal, Augusto Heleno, se los condenó a veinticuatro años de cárcel.
Por su parte, el ex ministro de la Oficina de Seguridad Institucional, Mauro Cid, recibió una pena de veintiún años de prisión. En tanto que con diecinueve años de cárcel se lo condenó al ex ministro de Defensa, Paulo Sérgio Nogueira.
El primer día de enero de 2023 Lula asumió su tercer mandato presidencial y una semana después, bandas de ultraderecha se movilizaron desde uno de los campamentos que montaban en Brasilia para asaltar por la fuerza las sedes de la Presidencia, el Parlamento y la Corte Suprema, en un acto que tal como lo estableció la Fiscalía, resultó el corolario de un plan golpista que estuvo dirigido personalmente por Bolsonaro.
Pocos días antes de conocerse la decisión del TSF, la ultraderecha que actúa en Brasil volvió a movilizar, esta vez fue en ocasión del Día de la Independencia de Brasil. Fue en San Pablo, precisamente en la Avenida Paulista, en pleno centro de la ciudad, donde lo hicieron enarbolando una gigantesca bandera de los Estados Unidos.
“Los traidores de la Patria no pasarán”, recalcó ante este hecho el PCdoB y puntualizó que el Día de la Independencia “representa la lucha de los brasileños, de varias generaciones, por la construcción de una nación soberana, fuerte y desarrollada que tiene el derecho de defender su territorio, de poner su mineral, energía y su biodiversidad al servicio del desarrollo del país y de la reducción de las desigualdades del pueblo”.
Y después de recordar que “uno de nuestros compromisos fundacionales siempre ha sido la defensa de Brasil, nuestra soberanía, nuestra autodeterminación, nuestro pueblo”, lamentó que “la extrema derecha llevara orgullosamente la bandera de otra nación el 7 de septiembre, cometiendo un grave crimen contra nuestro país: la traición”.
Al cierre de esta edición el presidente argentino, Javier Milei, todavía no se había pronunciado sobre la condena a Bolsonaro y su banda, aunque vale recordar que en más de una ocasión afirmó que su amigo fascista era un “perseguido político”. No obstante, hubo una voz ultraderechista que rápidamente fijó postura al respecto. Fue la del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien no dudó en calificar como “caza de brujas” a la decisión del Tribunal Supremo Federal de Brasil y de manera tan inadmisible como amenazante, sostuvo que ante esto, Estados Unidos “responderá en consecuencia”.